Pobre Almudena, se negaba a ver que no era tolerante sino que no podía oír nada contrario a sus pensamientos por parte de los demás.
Aquel trabajo en el Ministerio de Sanidad tan aséptico había sido perfecto para su desconida enfermedad.
Curioso, sanidad, sin embargo nadie podía ayudarla.
1 comentario:
ja ja ja... me parto contigo joven promesa del cuento express!
Publicar un comentario