sábado, 15 de diciembre de 2007

-7º BAJO CERO

Aquella mañana el termómetro marcaba por lo menos -7º grados.
Claudia preparaba el desayuno como todas las mañanas.
Deseando que llegara el findesemana contaba las horas mientras se iba vistiendo para ir a currar.
A veces recordaba tonterías del colegio y se reía sola, el cuarteto, el soneto, las fallas, esdrújula, llana y aguda y esa mañana se acordó de caduco y perenne.
Se asomo para ver si todos los árboles que había alrededor de su casa eran de un tipo u otro.
Efectivamente eran caducos pero el suelo no estaba lleno de hojas de árbol, sino de miles miles de hojas de calendario.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Desde entonces al lunes no seguía el martes, sino el domingo, y al domingo un miércoles festivo, vacaciones en Finlandia y vuelta al cole en Panamá; Sus pies no pisaban la acera escarchada, sino crema de contorno de ojos, patas de gallo sentenciadas a mejor muerte, un anuncio en el periódico de que todas las hojas volverán a caer.

Anónimo dijo...

¡me apunto ahora mismo a ese calendario festivo!

miss lisbon dijo...

La verdad es que animan esos buenos rollos de lunes...